MOAI
Como regalo de cumpleaños de una amiga decidí llevar a cabo la creación de un Moai en piedra ya que es una figura que a ella siempre le ha gustado, la piedra es la arenisca, con lo cual tiende a romperse con facilidad. Cogí como referencia una imagen de las famosas estatuas en la Isla de Pascua, sin embargo, quería dejarles un toque más humano, así que lo modifiqué un poco.
La forma de los Moais es sencilla, aunque buscar la posición de los ojos y la nariz es lo más complicado, cierto es que ninguna cara es simétrica pero ha de quedar en completa armonía. De ésta manera, comencé eligiendo la piedra que tallaría para posteriormente dibujarle la forma de la cara, nariz, labio y ojos. Primero había que darle profundidad a la nariz ya que era la parte que mas sobresalía de la obra.
En ésta imagen se puede ver como el bloque es demasiado grande, por lo que hay que devastar lo máximo posible, la máquina de aire al estar rota lo tuve que hacer con el cincel y el martillo. Con lo cual tardé bastante en quitar las partes innecesarias, como se puede apreciar la nariz es lo que más va sobresaliendo y algo de los labios también se puede apreciar perfectamente en la zona de la derecha, en la imagen.
Ésta es otra imagen desde un ángulo superior donde se pueden ver lo que antes describí.
Al retomar la obra una semana después el proceso fue la eliminación total de lo que sobraba, la forma más detallada de la nariz, los labios aún no habían encontrado forma y la frente ya es plana al igual que la de los Moais originales. La nariz no es tan picuda y lo ojos están mucho más marcados que los originales, las herramientas usadas fueron un martillo y una amplia variedad de cinceles, en este caso, si usaría la radial.
Luego de usar la radial para marcar la mayoría de las facciones como el cuello o los cachetes se puede apreciar una mejoría notable en su totalidad. Hay algunos defectos como pueden ser roturas en los ojos, frente y labios, no supone ningún problema ya que luego se puede rellenar con una pasta hecha de la misma piedra y que hace como una especie de capa.
La semana después usé la lijadora para eliminar todas las imperfecciones que la radial había dejado, como las formas circulares o rayas muy feas. La lijadora consiguió mejorar el rostro de piedra de tal manera que brilla si le da la luz, notándose zonas pulidas gracias al juego de las luces y las sombras.
Desde éste otro punto de vista se aprecian más aquello fallos que describí pero que al final desaparecerían. El mentón y el cuello están bien marcados e incluso los labios destacan más, sobretodo el inferior, las aletas de la nariz ya tienen forma curva y delicada. Para finalizar, así es como quedó la escultura, aunque todavía quedan detalles,no está acabada del todo.
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